Tomás Mejía |
Tomás Mejía (1820-1867)
Fue uno de los principales generales del ejército conservador. En su juventud combatió en la guerra entre México y Estados Unidos (1846-1848). Apoyo el imperio de Maximiliano y murió fusilado junto a él.
Tumba de Tomás M. |
Luego del fusilamiento un 19 de junio de 1867, la viuda del general Tomás Mejía solicitó el cadáver de su esposo y se lo llevo a la ciudad de México, sin embargo, era tan pobre que no tuvo dinero para sepultarlo, así que mientras reunía el dinero suficiente para el funeral aprovechó que su difunto esposo estaba muy bien embalsamado y decidió sentarlo en la sala de su hogar. Durante tres meses el cadáver del general dio la bienvenida a las visitas en su humilde casa de la calle Guerrero. Finalmente, gracias a la intervención del presidente Juárez, la mujer pudo sepultarlo en el panteón san Fernando.
Miguel Miramón |
Miguel Miramón (1831-1867)
Fue cadete del colegio militar y participo en la defensa del Castillo de Chapultepec. Se convirtió en la mejor espada del partido conservador durante la guerra de Reforma, fue presidente de México a los 27 años (1859) y apoyo al imperio de Maximiliano.
Concha Lombardo |
La viuda del General Miguel Miramón, doña Concha Lombardo, solía decir que el corazón de su esposo era inmensamente bondadoso y se le hizo apropiado extraerlo de su cadáver luego de que fuera ejecutado el 19 de junio de 1867, junto a Maximiliano y al general Tomás Mejía. Durante días, la señora Lombardo presumía que el corazón de su marido la había amado hasta la locura. solía ponerlo junto a una veladora para iluminarlo. La oportuna intervención de un sacerdote, quien le dijo que aquel corazón ya pertenecía a dios y no podía continuar llevándolo a todos lados. Finalizó con semejante excentricidad y el corazón fue inhumado.
Bibliografia: Rosas, Alejandro. "Anecdotario insólito de la historia mexicana". Ed. Trilce. México 2008